Masaje con Cañas de Bambu (Bambuterapia)

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CAÑAS DE BAMBU BAMBUTERAPIA

INTRODUCCIÓN


Cualquiera que nos conozca a nivel profesional, sabe de nuestra preferencia por la
técnica manual. Si tenemos que escoger entre la máquina más cara y avanzada y las
manos de un terapeuta, tenemos clara nuestra elección.
Tampoco solemos hacer uso de herramientas clásicas que sustituyan a los dedos porque se pierde el tacto con el tejido que estamos trabajando y con ello mil matices y texturas, y la percepción de la correcta presión que debemos ejercer en cada momento y con cada cliente, siendo por tanto menos efectivo. Sin embargo, sí pueden ser una buena opción como complemento al masaje.
Entonces ¿por qué usar bambú durante una sesión de masoterapia?
El masaje con cañas de bambú o bambuterapia ha tenido una difusión y éxito en el
terreno de la estética (en el que no vamos a ahondar) y el mundo de los spas y balnearios una acogida tremenda, consiguiendo mayor auge en los últimos años debido a los beneficios estéticos y la capacidad anticelulítica de la aplicación de diferentes maniobras con cañas, siendo tan efectivo como natural y poco agresivo, introduciéndose con fuerza en toda suerte de cartas de masaje de centros holísticos, además de ser llamativo por original y agradable de recibir.
El masaje con cañas tiene un origen milenario nipón, frotarse con varas o tallos de bambú de diferentes formas era algo común y extendido tanto en Japón como Corea, China, etc. Aunque no vamos a remontarnos tanto, solo hasta la parte que nos interesa, y es que en 2003 es el terapeuta francés Gil Amsallen el que estandariza la técnica y al que se le atribuye, si no su creación, sí su establecimiento en Europa.
ENTRANDO EN MATERIA: ¿Por qué el masaje con bambú dentro del trabajo para la
normalización muscular? Como quiromasajistas, como osteópatas, quiroprácticos no sanitarios   o como simples terapeutas interesados en las técnicas manuales dentro del alivio de las molestias  del cuerpo … ¿Para qué queremos trabajar con bambú? Si buscáis por internet y leéis para qué sirve hacer masaje con cañas de bambú, encontraréis que diversos autores, centros y clínicas, escuelas… hablan de movilización de la grasa localizada, mejora de la flacidez, reducción de las medidas corporales, renovación celular, anticelulítico… y todo información enfocada al resultado estético. ¿Pero es esto ‘todo’ lo que nos puede ofrecer el trabajo con bambú?

Nada más lejos de la realidad, sigue leyendo porque vamos a profundizar sobre el tema que os interesa

MATERIALES

Este tipo de masaje necesita muy pocos materiales:
– aceite o crema: necesitamos un material que nos sirva para lubricar la piel, ya que de
aplicar el tratamiento sin nada podríamos causar rojeces e irritaciones en la piel. Se
pueden usar cremas de masaje, aunque tradicionalmente, por comodidad y por economía, en este tratamiento se usan aceites. Podéis elegir el que más os guste, siendo el más común el aceite de almendras, pero cualquier aceite os permitiría realizar un tratamiento a la perfección. El uso de cremas sí tiene un inconveniente, y es que la base de las cremas contiene agua, y la existencia del agua puede traer consigo la aparición de microorganismos contaminantes. Esto es una objección al uso de cremas, no por la piel sino porque el producto que usemos se irá impregnando en el palo de bambú o de otro material, con lo que con el tiempo pueden aparecer manchas, malos olores, etc., y deberíamos desechar ese palo.
– palo o caña: para aplicar este tratamiento necesitamos un palo o una caña de sección perfectamente circular y de una longitud tal que nos permita cogerlo por los extremos dejando una zona central con la que trataremos el tejido. Si es demasiado corto no tendremos suficiente sitio para trabajar, pero si es demasiado largo nos molestará para realizar cómodamente las maniobras. ¿Qué palo usar? Tradicionalmente se ha usado el bambú, planta que no se suele encontrar en muchas zonas, pero sí que existen otras plantas como la caña americana que crece en las orillas de los ríos en zonas costeras. Sí hemos de elegir un palo que tenga buena forma, de sección circular, sin imperfecciones que puedan dañar la piel del cliente, con la longitud adecuada, pero más allá de esto nos serviría cualquier material. Es decir, cualquier vara nos sirve para hacer este tratamiento.
Sí que tenéis que llevar cuidado con que sea una madera no tratada, es decir, que no lleva barnices ni productos que puedan causar alergias a nuestro cliente. Incluso se
pueden usar palos o varas de metal, aunque su tacto resulta mucho más frío. -acomodación del cliente: por supuesto, necesitaremos una camilla, toallas, cojines, etc., todo lo necesario para que nuestros clientes estén totalmente cómodos mientras
realicemos el tratamiento, ya que cualquier incomodidad hará que no estén relajados, y aplicar cualquier metodo sobre un tejido tenso resulta incluso doloroso para el cliente, aparte de que nuestras maniobras no serán lo suficientemente penetrantes.

LAS CAÑAS DE BAMBÚ COMO UNA EXTENSIÓN DE NUESTRAS MANOS


Puede parecer que utilizar un utensilio como las cañas de bambú puede restar
sensibilidad y que no notemos el estado muscular del cliente, pero no es así.
Como en cualquier técnica, mediante la práctica y la repetición iremos desarrollando y
agudizando una sensibilidad especial que nos permite «ver» a través de la piel de nuestros clientes. Así, con la práctica empezaréis a notar que una zona está más dura o tensa

 que otra, que un músculo presenta una contractura, etc.
Para ello, primero hemos de controlar las maniobras, así como su orden, es decir,
debemos saber qué maniobra va después, y cuál después, y cuál después, etc., ya que si estamos pensando en esto no podremos dedicar nuestra atención a las sensaciones que nos transmite la caña de bambú.
Una vez controlada la ejecución de todas las maniobras, hemos de prestar atención a qué ocurre en el deslizamiento de las cañas sobre la piel de nuestros clientes, notando las irregularidades que pueden presentar los tejidos.
Con el tiempo y la práctica seréis capaces de detectar, como hemos comentado,
paquetes musculares más tensos que otros, contracturas, zonas con edemas por
retención de líquidos, zonas con celulitis, etc

 

PROTOCOLO DEL TRATAMIENTO
CON CAÑAS DE BAMBÚ


lA tecnica  con cañas de bambú siempre se ha solido vender como un tratamiento tipo spa, muy relajante, aunque en realidad es un tratamiento que puede resultar muy duro, ya que el apoyar las dos manos sobre la caña da a nuestras maniobras una presión muy elevada.
Esto es un arma de doble filo, ya que hemos de tener mucho cuidado con no pasarnos con la presión, siendo la forma más sencilla de saber si debemos aplicar más o menos presión preguntar directamente al cliente si le resulta agradable la presión que estamos realizando, siempre, eso sí, dentro de unos límites, porque realizar una presión excesiva puede causar lesiones.
La presión del masaje
La presión recomendada en general para cualquier metodo, incluido este, es de 4 a 6 kg. Esto lo podéis comprobar fácilmente colocando una báscula sobre una mesa,
colocando una toalla enrollada sobre la báscula y aplicando entonces varias maniobras sobre esta toalla, como si fuera un cliente. Fijándonos en el peso que va marcando la báscula podremos valorar la presión que estamos realizando. Este es un ejercicio que conviene realizar varias veces ya que así aprenderemos a aplicar la fuerza justa.
¿Cómo realizar la presión?
Contrariamente a lo que se piensa el público en general, en el masaje o en cualquier otra técnica realizada con las manos, no son ni éstas ni los brazos los que aplican la fuerza, sino que hemos de aprovechar el peso de nuestro cuerpo para aumentar la presión que queremos aplicar. Las manos y los brazos deben ser sólo el instrumento que hace que el peso de nuestro cuerpo llegue al cliente. De esta manera nos protegeremos de lesiones,
ya que nos acabaremos dañando si aplicamos constantemente la fuerza sólo con
nuestros brazos.
Protocolo del masaje Podemos aplicar el masaje con cañas de bambú de diferentes formas: – masaje completo: comenzaremos con el cliente boca abajo trabajando la espalda y los brazos, luego seguiremos por la parte posterior de las piernas, el cliente se dará la vuelta,
trabajaremos las piernas por delante y por último trabajaremos el abdomen. Zonas como